Hoy voy a escribir un verso
tan corto como la vida
y tan perenne como la muerte
de este amor fallido.
Voy a escribir un verso
que se pegue en tu adentro
y se lave en tu olvido
para ser tu presente.
Escribiré un verso
que te sepa a infancia
para que lo añores
en las tardes de domingo.
Un verso
que sea tu boca,
que suene a tu risa,
para que solo tú,
puedas pronunciarlo.
Uno,
de una sola lágrima.
La que derramé,
cuando tus ojos
dejaron de mirarme.
Gloria Beatriz Salazar De la Cuesta
(Imagen tomada de Pinterest)
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